ÉTICA DE LOS PROFESIONALES.-

ÉTICA DE LOS PROFESIONALES.-

Los Profesionales de la Prevención, muchas veces sucumben a las presiones de la empresa y miran hacia otro lado, se hacen cómplices de las ilegalidades, de los incumplimientos de las medidas de seguridad y del relato orientado, del informe ajeno a los hechos, olvidando que su rol es tan importante como el de un médico. Pienso: Los médicos en el quirófano. Los prevencionistas en el frente laboral. El destino de ambos es prevenir la muerte y la enfermedad.
5 Octubre 2015

ÉTICA DE LOS PROFESIONALES.-  

Ética: Disciplina filosófica que estudia el bien y el mal y sus relaciones con la moral y el comportamiento humano. (R.A. de la L.E.)

El complejo mundo actual ha sacado al hombre de su antiguo esquema de paz bucólica y lo ha introducido violentamente, de forma sorpresiva y sorprendente, a un “mundanal ruido”, donde las estridencias, apresuramientos sin causa ni objeto, obsesiones por alcanzar el primer lugar en cualquier clase de nóminas, determina una conducta soez, prosaica y ordinaria. Absolutamente alejada del respeto al otro, de la caridad y la tolerancia, de la observación que los demás tienen sus derechos iguales a los nuestros. Un mundo, donde la velocidad en que aparecen las nuevas invenciones y la técnica nos asombra hasta lo indecible, pues, los aparatos irrumpen en el seno social y familiar para agilizar las aptitudes y actitudes humanas.

En este nuevo estadio, el hombre resulta prácticamente incapaz de asumir todas sus obligaciones. De donde surge la necesidad que otros hombres vengan con conocimientos más afinados a socorrer a quienes hemos quedado atrapados entre el asombro y la ineficacia de adaptación a estas condiciones.

¿Qué deviene de ello?

Este grupo de especialistas, adiestrados en las nuevas técnicas y ciencias, preparados intelectualmente para dar solución a los nuevos problemas adjuntos a la nueva época. Son los Profesionales. Del latín “professio”, por regla general, se trata de una persona que hace del conocimiento de la ciencia o del arte, su modo de vida públicamente y es reconocido por sus pares como un entendido en materias específicas. Toda actividad humana tiene profesionales, incluyendo la delincuencia. Por ello se hace necesario establecer las diferencias que hacen al profesional del bien, distinto al profesional del mal.

 La obligación primaria del profesional es dar satisfacción a las necesidades de otro cumpliendo cabalmente las normas, reglas y leyes que de ordinario deben cumplirse en el ejercicio de la profesión.

Cabe hacernos el primer cuestionamiento, ¿Este cumplimiento de normas, lex artis, proviene de una exigencia legalista?

Es decir, ¿deben cumplirse única y exclusivamente para los efectos de la responsabilidad del profesional? Quien lo entienda así, en nuestro análisis, queda descartado como profesional.

Los profesionales olvidan muy a menudo que la relación servidor, servicio, usuario, va más allá de una vulgar transacción comercial. Así, y comparativamente con ese noble oficio, el profesional debe entregar en cada acción una porción de sí mismo, en la caridad, la comprensión, el sentimiento de compartir un propósito en el que él tiene la parte creativa. Estimar que hay más humanismo y mayor grandeza en servir a los demás, no en servirse de ellos para sus propios fines.

Existe una actitud de semidiós que se encuentra en profesionales de todas las actividades, abogados, maestros, ingenieros, especialmente médicos. También por cierto en quienes se encuentran a cargo o dirigen fábricas, hoteles, empresas en general.

¿Qué es lo que ocurre en esta área?

Pues, que no sólo hay un olvido de las reglas de la buena voluntad, de la cortesía, también hay un desconocimiento de los deberes de los profesionales, de la relación que debe existir entre éstos y los usuarios o clientes o pacientes, relación que se funda más que en el cumplimiento de la lex artis, que debe respetarse y cumplirse, en comprensión de las circunstancias en que dicha relación se produce, partiendo de la base que cualquier consulta a un profesional tiene el indicio de llevar una preocupación mayor para el consultante, aunque este por razones de dignidad a veces no lo demuestre.

Pero, también hay delincuencia profesional.

Aquel hombre que en conocimiento de una ciencia o arte, hace de él su modo de vida, pero no con la alquimia del bien, al contrario, ocupa todo su saber y toda su experiencia en obtener un resultado provechoso única y exclusivamente para él, traiciona la confianza de quien lo ha requerido y dueño de los antecedentes e informaciones las lleva por las aguas de su propio molino, desconociendo e ignorando que su rol social le impide dicho aprovechamiento.

La vida profesional conlleva muchas otras obligaciones.

En el oriente de satisfacer al que está afligido, los profesionales deben desplegar un carisma especial donde afloren las virtudes necesarias para entregar su ciencia y arte; humildad, decoro, generosidad, consecuencia, puntualidad, sacrificio, caridad, acuciosidad, respeto, etc. Un somero golpe de vista nos basta para darnos cuenta que en esta materia queda mucho camino por recorrer.

Todos estos antecedentes nos hacen pensar que la degeneración de la democracia marcha a pasos de “marines” por los senderos del mundo y que, al mismo tiempo, nos adentramos en un orden absolutamente distinto, ajeno a nuestra comprensión de sociedad solidaria y tolerante, y que la moral humanista se ha cambiado por la moral de “Duro de Matar”, donde todo se soluciona con abundancia de balas, bombas y todo tipo de violencia física e intelectual.

Los Profesionales de la Prevención, muchas veces sucumben a las presiones de la empresa y miran hacia otro lado, se hacen cómplices de las ilegalidades, de los incumplimientos de las medidas de seguridad y del relato orientado, del informe ajeno a los hechos, olvidando que su rol es tan importante como el de un médico.

Pienso: Los médicos en el quirófano. Los prevencionistas en el frente laboral. El destino de ambos es prevenir la muerte y la enfermedad.

Un saludo a estos profesionales, y a todos, para que siempre actúen en este sentido, a pesar de las circunstancias, es decir: Éticamente.

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