PONT DE MOLINS: 6 muertos sin cinturón en colisión frontal en carretera

PONT DE MOLINS: 6 muertos sin cinturón en colisión frontal en carretera

El cinturón de seguridad sigue siendo el principal salvavidas de los accidentados de tráfico. Ni airbags ni otras innovaciones consiguen sus efectos. Los 6 jovenes muertos sin llevar el cinturón abrochado en una colisión frontal entre dos turismos en la carretera N-II de Madrid a Francia por La Junquera es un dramático recuerdo.
20 Abril 2016

El accidente entre dos turismos francoespañoles cerca de la frontera de España y Francia en el término municipal de Pont de Molins con 7 muertos jóvenes en una mañana de fin de semana es un recuerdo de la importancia trascendetal que tiene la protección de los ocupantes en previsión de culaquier incidencia en las vías interurbanas, y porqué no, por extensión en las urbanas. El cinturón de seguridad es un viejo amigo que puede ser menospreciado en ocasiones por su rudimentaria simpleza. Pero no parece encontrarse otro sistema mejor de protección.

En la medida que la electrónica va sofisticando sus prestaciones, las marcas de automóvil tienen el difícil objetivo de ofrecer nuevos recursos al conductor para informarle de trayectos, de situaciones del entorno, de llamadas de emergencia y de indicadores de los propios dispositivos, mecanismos y sistemas del modelo que ofrecen. Todo un reto que se mueve en la búsqueda de elementos que llamen la atención del comprador pero que tienen también sus límites en la medida en que las informaciones que se dan no distraigan la atención del conductor sometiéndole a situaciones de riesgo por desatención. 

En el VI Congreso Internacional sobre Políticas Euriopeas de Tráfico organizado por el Servei Català de Trànsit de la Generalitat de Catalunya en Mayo de 2014, Jacqueline Lacroix, Jefa de Unidad del Consejo de Seguridad Vial alemán expuso todos los avances que los fabricantes de vehículos habían desarrollado y estaban en vías de desarrollar en los nuevos modelos que permitían al conductor o usuario del vehículo a disponer de tantas prestaciones como la superficie del tablier de mandos permitiera ubicar, para mantener informado desde los GPS más sofisticados a conocer con exactitud las presiones de los neumáticos, estado de los sistemas de frenado, de la suspensión y el alumbrado, e incluso estimación de tiempos de un recorrido preplanificado. En la misma sesión el profesor Pedro Mondelo del CERpIE de la UPC se preguntaba si el perfil del conductor medio con una capacidad de retención y de comprensión de los temas cotidianos bastante limitada, podría ser capaz de comprender el uso y utilidad de los 50 botones de prestaciones que ofrecían los fabricantes, y al mismo tiempo se planteaba si tal oferta no podría ser un grave inconveniente para la seguridad vial.

Al llegar a este punto de reflexiones nos damos cuenta que los avances tecnológicos pueden perderse en banalidades y no se centran en mejorar aquellos dispositivos que realmente protegen a los ocupantes de los vehículos en sus habitáculos en caso de accidente. En este campo, los ingenieros de diseño han mejorado sustancialmente las formas de los nuevos modelos para conseguir, no solo que los impactos frontales y laterales desvíen las lineas de fuerza de la colisión telescópicamente hacia elementos del bastidor más potentes y resistentes, evitando que la energía del impacto incidiera en los cuerpos de los ocupantes, sino incluso, han llegado a adaptar las formar del frontal y capó en previsión de lesionar mínimamente a los peatones en caso de atropello.

Pero los innovadores de los dispositivos de protección, tras haber implementado los air bag, siguen reconociendo que el gran elemento de seguridad sigue siendo el cinturón de tres puntos que, aunque se nos antoja rudimentario y poco funcional, no ha tenido réplica de mejora por sus efectos protectores de los cuerpos.

Hay que remontarse a los años 1930 para recordar los intentos de inmovilización de los ocupantes de los vehículos de entonces para impedir el rebote de los cuerpos dentro del habitáculo al frenar o colisionar, como causa de muchas y muy graves lesiones. Los cinturones no conseguían fijar firmemente el cuerpo.Pero la historia cambió radicalmente cuando Volvo contrató como ingeniero de seguridad a Nils Bohlin, creador del diseño del asiento catapulta de los aviones de combate Lomas Draken J35. Comenzaron las pruebas con los cinturones de dos puntos que ya se usaban, pero los datos obtenidos en los ‘crash test’ no llegaban a convencerlos. La idea de Bohlin era crear un sistema que se adaptara a la fisonomía del cuerpo humano: y así nació en cinturón de seguridad tal y como lo conocemos hoy.Aquel nuevo diseño de tres puntos mejoraba el utilizado en la aviación y sus cuatro propiedades básicas eran:

- El sistema constaba de un cinturón de regazo y una diagonal.

- Las correas iban ancladas a ambos lados de los asientos.

- La geometría del cinturón mostraba una ‘V’ con la punta dirigida hacia el suelo.

- La banda se quedaba en la misma posición, inmóvil, al impactar el vehículo.

El primer modelo de la marca escandinava que equipó el cinturón de tres puntos fue el Volvo Amazon, concretamente el 13 de agosto de 1959. Pero todavía quedaba lo más difícil: convencer al público. De hecho, no se consiguió hasta 1967, cuando Nils Bohlin y Bertil Aldman –médico y jefe de pruebas y homologación- ofrecieron una conferencia basada en el ‘Informe de los 28.000 accidentes’. En éste se detallaba que el uso del cinturón salvaría vidas y reduciría las lesiones entre un 50 y 60 por ciento. 

Las mejoras han sido en este período muy relativas. Una elasticidad dentro de unos márgenes de amortiguación no generadores de deceleración lesiva, un material textil más adecuado y algún accesorio no especialmente relevante han sido las muy pocas variantes introducidas en el veterano cinturón. 

Hoy todavía no se ha encontrado mejor dispositivo, porque incluso los inventores del air bag reconocen que la eficacia de los cojines de seguridad no tiene virtualidad si el ocupante no lleva sujeto su cuerpo por el cinturón de seguridad.  

50 años después de concebir Bohlin el cinturón de seguridad de tres puntos, nadie ha sacado ningún dispositivo que lo mejore. No seré yo quien lo intente, pero se hace extraño que nadie haya sido capaz de mejorar técnica y funcionalmente el cinturón de seguridad de tres puntos. Seguiremos retorciéndonos para abrocharlo. Será una forma de agradecerle sus milagrosos efectos protectores.

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