Accidentes domésticos y de ocio: un grave problema por el que - casi - nadie se preocupa

Accidentes domésticos y de ocio: un grave problema por el que - casi - nadie se preocupa

Los datos disponibles ponen de manifiesto una escasa cultura preventiva
30 Octubre 2015

En el año 2011, último del que se dispone de datos, 2.576.601 personas sufrieron en España un accidente doméstico o de ocio. A consecuencia de las lesiones sufridas, más de 600 [1] personas murieron y 102.291 tuvieron que ser hospitalizadas durante un tiempo medio de 12,06 días. La mitad de los individuos hospitalizados a causa del accidente fueron intervenidos quirúrgicamente.

Ello significa que casi 5 de cada 100 españoles sufrieron un accidente doméstico o de ocio en el año 2011 y que ello afectó al 10,4% de los hogares españoles.

Estos y otros muchos datos están disponibles en el documento "PROGRAMA DE PREVENCIÓN DE LESIONES: Detección de accidentes domésticos y de ocio 2011", un voluminoso informe de 209 páginas elaborado por el Instituto Nacional del Consumo [2] que está disponible en internet [3].

En el informe se emplea la definición de accidente establecida por la Organización Mundial de la Salud: "Acontecimiento, independientemente de la voluntad humana, caracterizado por el efecto repentino de una fuerza extraña, que pueda alcanzar o no a una persona, y que origina que la persona tenga que solicitar posteriormente asistencia médica, independientemente del daño corporal o mental".

Los datos del informe incluyen todos los accidentes acaecidos en el hogar, así como durante la realización de actividades de ocio y deportivas no profesionales, excluyendo los accidentes de tráfico, los accidentes laborales, los accidentes por peleas entre personas mayores de 10 años, los suicidios o intentos de suicidio, los accidentes derivados de atracos, robos, etc. y los accidentes derivados de enfermedades (mareos, lipotimias, etc…).

Para llevar a cabo el trabajo se realizaron 74.514 contactos en hogares seleccionados mediante rutas aleatorias, en poblaciones de 2.000 y más habitantes, con una distribución proporcional según CCAA y nivel de hábitat, lo cual ha supuesto contactar a un total de 206.588 individuos mayores de 18 años registrando los resultados de la entrevista presencial en cuestionarios estructurados.

Con respecto a los lugares donde se producen los accidentes, los escenarios que registran un mayor número de percances fueron el interior del hogar (54,5%), el área de transporte (13,2%) y el área deportiva (9,5%).

En cuanto a la edad de las personas accidentadas, el mayor porcentaje de accidentes de este tipo se da entre los 25 a 44 años, seguido del tramo de 45 a 65 y de los mayores de 65, como se observa en el siguiente gráfico.

De esta distribución de edades se infiere la importancia laboral del problema, pues muchos de los accidentados se encuentran en edad laboral y, por tanto, un accidente doméstico o de ocio puede implicar una baja laboral. Los datos del informe confirman este aspecto: el 24% de los accidentados estuvo de baja laboral un promedio de 11,1 días, lo que equivale a un total de 6.864.000 días de baja en el año 2011.

Desde el punto de vista de la prevención de riesgos laborales, uno de los datos interesantes es la atribución subjetiva de las causas del accidente. Como se muestra en el siguiente gráfico, casi la mitad de las personas accidentadas (44%) atribuyen su accidente al azar, más de las que lo atribuyen a algún tipo de comportamiento inadecuado (42%), poniendo de manifiesto un alarmante déficit de cultura preventiva que no tiene nada de extraño que luego se traslade al trabajo.

Si una gran proporción de accidentados considera que su accidente se debe al azar, lo esperable es que ello no genere ningún cambio de comportamiento; efectivamente, los datos del informe confirman este aspecto, tal como se observa en el siguiente gráfico, que muestra que el 42% de accidentados (presuntamente los mismos que creen que el accidente se produjo por azar) no realiza ningún cambio y un 45% se limita a tener "más cuidado". Apenas un 9% modifica su forma de comportamiento. 

Estos resultados muestran una sorprendente - o no - coincidencia con el contenido de la tabla 83 del informe de la Encuesta Nacional de Gestión de la Seguridad y Salud en las empresas [4] que realizó el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo en el año 2009. En dicha tabla se presentan las actuaciones que los empresarios dicen que se realizan en las empresas después de haberse producido un accidente leve.

El siguiente gráfico muestra dichos resultados, que indican que en el 64,9% de los casos no se modificó el puesto de trabajo después del accidente, lo cual es perfectamente coherente con lo visto anteriormente: si se cree que el accidente se produjo por azar, no tiene sentido hacer nada. Y si se cree que se produjo por un comportamiento inadecuado, lo lógico es insistir al trabajador en que tenga "más cuidado".

Sólo en un 23% de los casos se modificó el puesto de trabajo, presuntamente para hacerlo más seguro.

En resumen, el país tiene una cultura preventiva más bien escasa, lo cual no tiene nada de extraño. ¿Qué cultura preventiva puede esperarse de un país que ha llegado a calificar de "Fiesta Nacional" una actividad como el toreo, que es la quintaesencia del riesgo por el riesgo?

[1] Este dato no figura en el informe. Se trata de una estimación propia a partir de los datos del informe.

[2] El RD 19/2014 del 17 de enero, refundió los organismos autónomos Instituto Nacional del Consumo y Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición en un nuevo organismo autónomo denominado Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición y aprobó su estatuto.

[3] http://consumo-inc.gob.es/publicac/textos/informe_DADO-2011-2012.pdf

[4] http://www.insht.es/Observatorio/Contenidos/InformesPropios/Desarrollado...

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