Las leyes antitabaco apenas han logrado reducir el consumo en el ámbito laboral

Las leyes antitabaco apenas han logrado reducir el consumo en el ámbito laboral

Un informe sobre drogas del Ministerio de Sanidad cifra el porcentaje
26 Septiembre 2015

El impacto social de las leyes antitabaco de la última década resulta muy limitado. El último ‘informe del Observatorio Español de la Droga y las Toxicomanías sobre consumo de sustancias psicoactivas en el ámbito laboral en España’ destaca que aún fuman a diario un 34% de los trabajadores españoles, lo que supone, según advierte, «una cifra similar a la de 2007», cuando entraron en vigor las primeras legislaciones que restringieron el consumo y comenzaron a realizarse este tipo de estudios. No se fuma tanto en los centros de trabajo pero, según los datos conocidos, se sigue fumando. El documento apunta, además, a que todavía existe un 12% de trabajadores que siguen siendo fumadores pasivos, lo que revela que la norma se incumple, al menos, en una de cada diez ocasiones.

«Queda margen de mejora, tenemos aún algunas asignaturas pendientes», reconoce el psiquiatra Julio Bobes, presidente de Socidrogalcohol, sociedad decana en el estudio del impacto del tabaco y otras drogas, tanto legales como ilegales, en España. «Sin embargo -añade a renglón seguido-, creo que debemos ser moderadamente optimistas. Tenemos margen de mejora, pero lo cierto es que se consume menos y que hay muchísimos menos operarios que antes expuestos a los daños que provoca el tabaquismo pasivo», argumenta el especialista.

El Observatorio de la Droga y las Toxicomanías es un servicio público, dependiente del Ministerio de Sanidad, que evalúa periódicamente, a través de encuestas personales, el alcance de las adicciones a sustacias más comunes en España. El último trabajo, publicado hace sólo unos días, recoge datos referidos a 2013 y 2014 y sus conclusiones se basan en el análisis de casi 15.300 encuestas. «El consumo de drogas -alertan los autores del documento- puede afectar a la calidad del trabajo, el rendimiento del mismo y, lo más preocupante, puede ser la causa de accidentes laborales».

La sustancia que más siniestralidad causa en España es el alcohol, pero la más consumida, y la que quizás más gasto sanitario provoque, es el tabaco. Aún fuman, en concreto, el 33,8% de los trabajadores. Hay consumidores de puros y cigarrillos en todas las escalas sociales y en todas las categorías profesionales, pero la mayoría de los adictos son hombres, con estudios primarios o como mucho secundarios y sin pareja. Los más consumidores son los que realizan labores manuales de tipo cualificado. Fuman uno de cada diez miembros de este colectivo, en una proporción ligeramente superior a la que se da en la hostelería (36,6%). Curiosamente, contra lo que podría pensarse, directivos y profesionales liberales son quienes menos enganchados están al pitillo, aunque tampoco son pocos. Un 25,4%.

Los autores del documento lanzan en sus conclusiones un mensaje a los responsables sanitarios, que los especialistas consultados por EL CORREO coinciden al interpretar. El informe aboga por la implantación de medidas legislativas que permitan «mantener y reforzar las intervenciones orientadas al consumo del tabaco y, en concreto al tabaquismo pasivo en aquellos sectores que continúan registrando cifras elevadas». Los expertos entienden que este mensaje no sólo llama la atención sobre la inhalación de humo en los centros de trabajo, sino también en otros ámbitos, como «los coches particulares».

Los médicos se muestran más preocupados por las cifras que arroja el consumo de alcohol. Un 11% de los trabajadores encuestados reconoció que en los 30 días anteriores a la entrevista bebió a diario algún tipo de bebida alcohólica en su lugar de trabajo. Y lo que es peor: la encuesta advierte de que un 5% de la población laboral realiza «un consumo de alcohol de riesgo».

«Aunque no sean datos para la alarma, sí lo son como para no dejarnos tranquilos. El alcohol causa siniestros laborales muy graves y representa un desafío sanitario mayor que el del tabaco», recalca Julio Bobes. El consumo de hipnosedantes no le anda a la zaga. La tendencia es ascendente, un 7% más desde 2007, con y sin receta médica. «Han sido años muy complicados. Estamos saliendo de una crisis como no habíamos conocido...», justifica el experto, responsable del centro Cibersan de la capital asturiana. «La encuesta tiene que reflejarlo».

Fuente: El Correo

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