Efectos sobre la salud psicosocial y calidad de vida de los trabajadores afectados por el amianto

OBJETIVO El objetivo general de esta investigación, es realizar una evaluación del estado de salud psicosocial y mental actual de los afectados por el amianto en la comarca de Ferrol (Galicia-España). se centrará en determinar la salud de los afectados en las siguientes áreas: - Sintomatología psicosomática y de estrés psicosocial ligada a la enfermedad, y - Red psicosocial y apoyo psicosocial de las personas afectadas METODOLOGÍA Se recogió información de dos muestras, 110 personas afectadas por intoxicación por amianto; y un grupo de comparación de 70 personas de la muestra de control. Se emplearon: - Datos de identificación sociodemográfica y personal - Datos de identificación histórico-laboral - Cuestionario de determinación de sintomatología psicosocial y psicosomática SCL 90 de Derogatis CONCLUSIONES Los resultados muestran que los sujetos afectados por la intoxicación por amianto presentan altos índices de alteración de su salud psicológica y calidad de vida.
Palabras Clave: 
Psicosociología; Calidad de Vida; Amianto; Salud Laboral; ORP Conference
Autor principal: 
Adela
Reig Botella
Universidad de A Coruña
España
Coautores: 
Miguel
Clemente Díaz
Universidad de A Coruña
España

Introducción

Los accidentes de trabajo se han convertido en uno de los fenómenos más disfuncionales del mundo laboral, por sus consecuencias, su constante aumento y sus dificultades para poder establecer programas de prevención eficaces y duraderos.

 Desde que el hombre es hombre ya se pensaba, aunque de forma intuitiva, que algunos trabajos, tareas o productos podrían ser nocivos para la salud de las personas. El cada vez mayor conocimiento de los fenómenos físicos y químicos de nuestro planeta ha permitido que, desde su origen, la humanidad haya ido progresando y mejorando su nivel de vida a partir del mayor y mejor aprovechamiento de los recursos naturales disponibles. El hombre, que no se ha limitado a la utilización de las sustancias naturales, sino que en su espíritu de superación ha logrado la síntesis de nuevos productos con mejores calidades y la aplicación de nuevas formas de energía dando lugar a la aplicación tecnológica de estos conocimientos científicos y, consecuentemente, al gran desarrollo industrial de nuestro siglo, también ha contribuido a aumentar los riesgos que estos procesos conllevan para la población en general y  para el trabajador  en particular, causando el deterioro de su salud y dando lugar a la aparición de nuevos daños derivados del trabajo[1].

Las consecuencias de la accidentalidad son negativas para todas las partes implicadas: para los accidentados y su familia, pero también para el buen funcionamiento laboral y económico de las empresas y para la administración.

La Administración ha ido regulando las actividades de la industria en general y, en particular, de aquellos sectores o actividades que puedan presentar un mayor riesgo o que concentran índices de siniestralidad elevados.

Se ha realizado un importante esfuerzo de promulgación de normas tendentes a confeccionar un marco jurídico de la prevención lo más completo posible hasta llegar a la promulgación de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales 31/1995, que ha supuesto un cambio radical en el Derecho de la Seguridad y Salud Laboral en nuestro país y se ha convertido en uno de los más importantes centros de imputación jurídica del ordenamiento laboral.

Cooper, define un modelo de cultura de seguridad que reconoce las relaciones recíprocas entre tres grupos de factores determinantes de la seguridad. En primer lugar, factores de naturaleza psicológica o relativos a la persona, en segundo lugar, factores de orden conductual o relativos al puesto de trabajo y, en tercer lugar, factores organizacionales o relativos a la situación [2].

Las empresas cada vez son más conscientes de que una parte de su responsabilidad corporativa es promover la salud y crear mejores lugares de trabajo [3,4].

Pero a pesar de estas buenas intenciones, a veces se producen problemas serios sufridos por los trabajadores, como el llamado “síndrome Ardystil”, que derivó en muertes y enfermedades contraídas por los trabajadores de empresas de aerografía textil, estudios realizados sobre las consecuencias psicosociales que manifestaron los trabajadores afectados que sobrevivieron a la tragedia, como los de Reig-Botella y Reig-Botella & Clemente [5]. Otro caso grave de intoxicación masiva de trabajadores que nos ocupa en esta investigación, es el de los trabajadores afectados por el amianto en el sector naval, concretamente en las Factorías de Navantia (antigua Bazán) y Astano en Ferrol y su comarca (Galicia-España). Esta ciudad es una de las ciudades industriales europeas con mayor cifra de enfermos por amianto, porcentualmente respecto a su número de habitantes.

El amianto o asbesto es un producto mineral de gran durabilidad y de reducido coste. Actualmente, el uso del amianto está prohibido en la mayoría de los países industrializados, en nuestro país, la Orden Ministerial del 7 de diciembre de 2001, que traspuso la directiva 1999/77/CE, estableció que a partir del 14 de junio de 2002, el amianto, en todas sus variedades, quedara prohibido, es decir ningún proceso industrial puede utilizar el amianto como materia prima y tampoco comercializarse ningún producto que lo contenga en su composición a partir del 14 de diciembre de 2002. El Real Decreto 396/2006 de 31 de marzo, establece las disposiciones mínimas de seguridad y salud aplicables a los trabajos con riesgo de exposición al amianto.

El objetivo general de la investigación, por lo tanto, es realizar una evaluación del estado de salud psicosocial y mental actual de los afectados por el amianto en la comarca de Ferrolterra.

Metodología

Participaron un total de 180 sujetos. Se recogió información de dos muestras, todos ellos varones, 110 personas afectadas por intoxicación por amianto (muestra experimental), y un grupo de comparación de 70 personas (muestra control), actualmente trabajadores de los astilleros que no presentan en la actualidad manifestación de enfermedad profesional alguna, igualados por bloques de edad de manera proporcional al grupo de afectados.

Se emplearon datos de identificación sociodemográfica y personal, datos de identificación histórica-laboral y se utilizó el Cuestionario de determinación de sintomatología psicosocial y psicosomática SCL-90 de Derogatis. Los datos se analizaron mediante el programa SPSS. En este tipo de trabajos la escala de Hahn es la más utilizada en la literatura, dicha escala ha sido traducida y verificada en sus requisitos psicométricas por Clemente y Reig-Botella [6].

Resultados

En la tabla siguiente se refleja con detalle los grupos de muestras analizados en esta investigación.

Figura 1: Ocupación actual

Grupo

Frecuencia

Porcentaje

Porcentaje válido

Porcentaje acumulado

Control

Válidos

Trabajo

45

97,8

97,8

97,8

Jubilado

1

2,2

2,2

100,0

Total

46

100,0

100,0

Afectados

Válidos

Me encargo de la casa

1

,9

1,0

1,0

Trabajo

8

7,3

7,6

8,6

Estoy en el paro

3

2,7

2,9

11,4

Jubilado

93

84,5

88,6

100,0

Total

105

95,5

100,0

Perdidos

Sistema

5

4,5

Total

110

100,0

Como se puede observar en la figura 2, el grupo de control se compuso por personas de edades comprendidas entre los 47 y los 73 años, mientras que los afectados que participaron en este estudio se distribuyen entre los 51 y los 79 años, ya que algunos de ellos ya están jubilados. El grupo control tiene una media de edad de 55 años, mientras que le de afectados manifiesta una disparidad muy elevada, predominando los sujetos de 67 años.

En cualquier caso, se puede verificar cómo los afectados se manifiestan casi por igual en todas las edades de los sujetos de la muestra, desde los 51 años.

Figura 2: Edad

Grupo

Frecuencia

Porcentaje

Porcentaje válido

Porcentaje acumulado

Control

Válidos

47

2

4,3

4,3

4,3

48

4

8,7

8,7

13,0

49

4

8,7

8,7

21,7

50

5

10,9

10,9

32,6

51

2

4,3

4,3

37,0

52

5

10,9

10,9

47,8

53

3

6,5

6,5

54,3

54

6

13,0

13,0

67,4

55

3

6,5

6,5

73,9

56

4

8,7

8,7

82,6

57

7

15,2

15,2

97,8

73

1

2,2

2,2

100,0

Total

46

100,0

100,0

Afectados

Válidos

51

1

,9

,9

,9

52

1

,9

,9

1,9

53

1

,9

,9

2,8

54

3

2,7

2,8

5,6

55

4

3,6

3,7

9,3

56

5

4,5

4,7

14,0

57

3

2,7

2,8

16,8

58

5

4,5

4,7

21,5

59

6

5,5

5,6

27,1

60

4

3,6

3,7

30,8

61

4

3,6

3,7

34,6

62

8

7,3

7,5

42,1

63

4

3,6

3,7

45,8

64

3

2,7

2,8

48,6

65

1

,9

,9

49,5

66

3

2,7

2,8

52,3

67

9

8,2

8,4

60,7

68

4

3,6

3,7

64,5

69

5

4,5

4,7

69,2

70

9

8,2

8,4

77,6

71

8

7,3

7,5

85,0

72

2

1,8

1,9

86,9

73

3

2,7

2,8

89,7

74

2

1,8

1,9

91,6

75

1

,9

,9

92,5

76

4

3,6

3,7

96,3

77

2

1,8

1,9

98,1

78

1

,9

,9

99,1

79

1

,9

,9

100,0

Total

107

97,3

100,0

Perdidos

Sistema

3

2,7

Total

110

100,0

Se les preguntó el tiempo que llevaban afectados por la enfermedad, en este caso sólo al grupo experimental: el resultado se expone a continuación, y muestra cómo algunas personas llevan de media 10 años afectados.

Figura 3: Años que lleva afectado por la enfermedad

Grupo

Frecuencia

Porcentaje

Porcentaje válido

Porcentaje acumulado

Afectados

Válidos

1

1

,9

1,3

1,3

2

5

4,5

6,3

7,6

3

3

2,7

3,8

11,4

4

2

1,8

2,5

13,9

5

3

2,7

3,8

17,7

6

5

4,5

6,3

24,1

7

5

4,5

6,3

30,4

8

6

5,5

7,6

38,0

9

9

8,2

11,4

49,4

10

19

17,3

24,1

73,4

11

4

3,6

5,1

78,5

12

6

5,5

7,6

86,1

14

1

,9

1,3

87,3

15

5

4,5

6,3

93,7

16

1

,9

1,3

94,9

18

1

,9

1,3

96,2

22

1

,9

1,3

97,5

28

1

,9

1,3

98,7

40

1

,9

1,3

100,0

Total

79

71,8

100,0

Perdidos

Sistema

31

28,2

Total

110

100,0

El apoyo emocional positivo se compone de 22 ítems, siendo uno de los más completos recogidos por esta prueba. Algunos de los resultados se exponen a continuación

Figura 4: Estar satisfecho con apoyo y comprensión de la familia

Grupo

Frecuencia

Porcentaje

Porcentaje válido

Porcentaje acumulado

Control

Válidos

Pocas veces/poco

4

8,7

8,7

8,7

Algunas veces

5

10,9

10,9

19,6

A menudo/Bastante

16

34,8

34,8

54,3

Siempre/Muchísimo

21

45,7

45,7

100,0

Total

46

100,0

100,0

Afectados

Válidos

Nunca/nada

3

2,7

2,8

2,8

Pocas veces/poco

21

19,1

19,4

22,2

Algunas veces

16

14,5

14,8

37,0

A menudo/Bastante

17

15,5

15,7

52,8

Siempre/Muchísimo

51

46,4

47,2

100,0

Total

108

98,2

100,0

Perdidos

Sistema

2

1,8

Total

110

100,0

Figura 5: Tener a alguien con quien hablar ante problemas en casa o trabajo

Grupo

Frecuencia

Porcentaje

Porcentaje válido

Porcentaje acumulado

Control

Válidos

Nunca/nada

1

2,2

2,2

2,2

Pocas veces/poco

1

2,2

2,2

4,3

Algunas veces

4

8,7

8,7

13,0

A menudo/Bastante

19

41,3

41,3

54,3

Siempre/Muchísimo

21

45,7

45,7

100,0

Total

46

100,0

100,0

Afectados

Válidos

Nunca/nada

25

22,7

23,6

23,6

Pocas veces/poco

7

6,4

6,6

30,2

Algunas veces

17

15,5

16,0

46,2

A menudo/Bastante

17

15,5

16,0

62,3

Siempre/Muchísimo

40

36,4

37,7

100,0

Total

106

96,4

100,0

Perdidos

Sistema

4

3,6

Total

110

100,0

Dentro de que existe en general un apoyo social emocional positivo manifestado en ambos colectivos, se identifica cómo éste es algo más elevado dentro de la muestra de afectados en lo que se refiere a su grupo de personas más íntimas, la pareja y la familia. Sin embargo, por lo que se refiere al círculo de apoyo social más externo, es decir, el formado por los amigos, sean éstos íntimos o no, el apoyo emocional es más bajo en la muestra de afectados que en la muestra control.

Parece cumplirse así que la familia se convierte en la gran fuente de apoyo emocional positivo, dejando ésta de actuar de manera tan fuerte cuando no existen problemas de consideración (muestra de control), e incrementándose su actuación al ser preciso (muestra de afectados).

El análisis de resultados de los ítems del apoyo emocional negativo sí que expresa mayores diferencias entre los sujetos que pertenecen a la muestra de afectados o a la muestra de control, de forma que los sujetos afectados por el amianto se sienten fuera de lugar en muchas ocasiones, sienten que se les comprende mucho menos, y especialmente se percatan de la existencia de una situación de tensión a la hora de establecerse contacto con ellos. El nerviosismo que manifiestan sus interlocutores se especifica especialmente en muestras de nerviosismo por parte de los últimos, así como intentos constantes de minimizar el problema que les aqueja.

Figura 6: Sentirse alejado de los demás

Grupo

Frecuencia

Porcentaje

Porcentaje válido

Porcentaje acumulado

Control

Válidos

Nunca/nada

24

52,2

52,2

52,2

Pocas veces/poco

14

30,4

30,4

82,6

Algunas veces

6

13,0

13,0

95,7

A menudo/Bastante

2

4,3

4,3

100,0

Total

46

100,0

100,0

Afectados

Válidos

Nunca/nada

34

30,9

31,2

31,2

Pocas veces/poco

25

22,7

22,9

54,1

Algunas veces

39

35,5

35,8

89,9

A menudo/Bastante

6

5,5

5,5

95,4

Siempre/Muchísimo

5

4,5

4,6

100,0

Total

109

99,1

100,0

Perdidos

Sistema

1

,9

Total

110

100,0

Para la determinación de hasta qué punto está presente una sintomatología psicopatológica y psicosomática, se recurrió a la prueba SCL-90, o cuestionario de Derogatis de 90 síntomas. Los resultados, ya agrupados en función de los correspondientes factores, se muestran a continuación:

Figura 7: Dimensiones de manifestación de psicopatología y de actividad psicosomática

Somatización

Obsesion-Compulsión

Sensibilidad_Interpersonal

Depresión

Ansiedad

Hostilidad

Ansiedad_Fóbica

Ideación_paranoide

Psicoticismo

Adicional

Indice_Global_de_Gravedad_GSI

Control

Media

1,0944

1,8523

1,7827

1,6404

1,5622

1,6357

1,2565

1,6202

1,3558

1,5812

,1719

N

45

44

45

43

45

43

44

43

43

44

34

Desv. típ.

,31211

,58963

,61998

,50879

,55444

,59010

,38675

,57081

,46563

,64729

,05533

Mínimo

,58

1,00

1,00

1,00

1,00

1,00

1,00

1,00

1,00

1,00

,11

Máximo

1,92

3,50

3,67

3,31

3,60

3,33

2,71

3,00

2,70

4,14

,35

Afectados

Media

1,4049

2,3396

1,7932

2,0270

2,0010

1,8771

1,6508

1,8399

1,7615

2,1856

,2088

N

99

101

101

94

96

99

99

101

96

87

56

Desv. típ.

,51301

,76473

,74768

,82831

,90594

,78195

,85768

,95885

,77451

,91138

,07888

Mínimo

,58

1,20

1,00

1,08

1,00

1,00

1,00

1,00

1,00

1,00

,12

Máximo

2,75

4,80

3,78

4,85

4,90

5,00

4,57

5,00

4,60

4,57

,41

Total

Media

1,3079

2,1917

1,7900

1,9057

1,8610

1,8040

1,5295

1,7743

1,6360

1,9826

,1948

N

144

145

146

137

141

142

143

144

139

131

90

Desv. típ.

,48082

,74866

,70866

,76258

,83408

,73559

,76572

,86535

,71718

,87760

,07282

Mínimo

,58

1,00

1,00

1,00

1,00

1,00

1,00

1,00

1,00

1,00

,11

Máximo

2,75

4,80

3,78

4,85

4,90

5,00

4,57

5,00

4,60

4,57

,41

Por último se planteó a los integrantes del estudio dos preguntas, referentes a su grado global de energía. La primera de ellas para determinar el nivel de energía en general, y la segunda de manera comparada con el momento anterior a la enfermedad. Los resultados obtenidos se muestran a continuación.

Figura 8: En general, ¿cómo se siente usted de energía?

Grupo

Frecuencia

Porcentaje

Porcentaje válido

Porcentaje acumulado

Control

Válidos

peor

2

4,3

4,5

4,5

igual

16

34,8

36,4

40,9

mejor

23

50,0

52,3

93,2

mucho mejor

3

6,5

6,8

100,0

Total

44

95,7

100,0

Perdidos

Sistema

2

4,3

Total

46

100,0

Afectados

Válidos

mucho peor

6

5,5

5,7

5,7

peor

48

43,6

45,3

50,9

igual

28

25,5

26,4

77,4

mejor

22

20,0

20,8

98,1

mucho mejor

2

1,8

1,9

100,0

Total

106

96,4

100,0

Perdidos

Sistema

4

3,6

Total

110

100,0

Figura 9: En general, y en comparación con la época inmediatamente anterior a la enfermedad, ¿cómo se siente usted de energía?

Grupo

Frecuencia

Porcentaje

Porcentaje válido

Porcentaje acumulado

Afectados

Válidos

mucho peor

23

20,9

21,7

21,7

peor

60

54,5

56,6

78,3

igual

15

13,6

14,2

92,5

mejor

6

5,5

5,7

98,1

mucho mejor

2

1,8

1,9

100,0

Total

106

96,4

100,0

Perdidos

Sistema

4

3,6

Total

110

100,0

Los resultados de ambas tablas muestran cómo el grupo de afectados se siente mucho peor de energía con respecto al momento anterior a la enfermedad (figura 9), y cómo en comparación con el grupo control (figura 8) su nivel de energía es mucho más bajo.

Discusión de resultados

Los resultados indican que existen alteraciones psicopatológicas importantes en Somatización, Obsesión-Compulsión,  Sensibilidad Interpersonal, Depresión, Ansiedad, Ansiedad Fóbica, Psicoticismo, Hostilidad, Ideación Paranoide y de manera general y compendiando todos los factores, en el índice global de gravedad. Es decir, en 7 escalas se encuentran diferencias significativas, y muy especialmente y en concreto en somatización.

Todo ello indica que los sujetos del grupo experimental, compuesto por aquellos afectados a la enfermedad por amianto, manifiestan una psicopatología considerable comparados con la muestra de control. Por último, hemos de hacer referencia a la energía global con la que se siente el sujeto, expresa muy claramente cómo las diferencias entre ambos grupos son muy notables. Así, la mayoría de las personas afectadas se autocalifican en “peor”, mientras que la gran mayoría de las no afectadas se sitúan en “mejor”. Existe una polarización evidente

Algo similar podemos comprobar, al preguntar sólo al grupo de afectados por la enfermedad que comparen la energía que tenían antes de la manifestación de la enfermedad con la que tienen actualmente. De nuevo el resultado “peor” es altamente predominante, seguido de “mucho peor”.

Con respecto a la actuación de las personas que rodean a los afectados, es decir, su red social, y especialmente la más cercana a ellos, se convierte en un factor principal diferenciador.

La consideración de las variables de interacción social como factor diferenciador entre trabajadores afectados por síndromes crónicos debidos al trabajo frente a los no afectados, permitirá desarrollar programas de intervención basados en el fomento de la red social de los afectados.

Conclusiones

Se deben prevenir tanto los riesgos físicos como los psicológicos, y por supuesto la interacción entre ambos, es decir los psicosomáticos. Sin duda, el desarrollo de una política que establezca que todo ambiente laboral debe orientarse hacia la consecución de dos objetivos: un rendimiento que siendo lo más óptimo no dañe la salud ni física ni psíquica de los trabajadores, y, una satisfacción lo más elevada posible en dichos trabajadores. Sólo la combinación idónea de ambos factores redundará en la baja de riesgos laborales en general.

Agradecimientos

Esta investigación fue desarrollada gracias a la Dirección General de Relaciones Laborales de la Xunta de Galicia y al Instituto de Seguridad y Salud Laboral de Galicia (España).

Referencias bibliográficas

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