Selección efectiva de la protección auditiva

Selección efectiva de la protección auditiva

Martes, 22 Marzo 2016

El ruido es el contaminante ambiental más extendido de la modernidad. Los procesos industriales se reconocen como importantes focos generadores de este agresor físico. En la mayoría de los ambientes de planta se emiten ruidos excesivos que comprometen directamente la salud y la seguridad del personal que trabaja en esos puestos de trabajo. 

Alguna de las características del ruido son la intensidad (o presión) la frecuencia y la duración. Todos estos factores revisten importancia en la evaluación de los efectos del ruido en el oído humano. Cuanto más elevado es el ruido mayor es la intensidad; así mismo, los ruidos de alta frecuencia son más nocivos al oído que los de baja frecuencia y, cuanto más prolongada es la exposición al ruido; más pronunciado será el daño producido al aparato auditivo humano (CIAS, 1997). 
Es la causa directa de la hipoacusia o pérdida auditiva irreversible, reconocido efecto como enfermedad profesional. Es también responsable de transformaciones fisiológicas y psicológicas en el organismo que se manifiesta en afectación directa de la calidad de vida y en el comportamiento. 
Interfiere en la comunicación, provoca trastornos en el sueño, en la presión y composición química de la sangre, en el funcionamiento cardíaco, en el desarrollo fetal y en los órganos de fonación. También propicia la perdida de la atención y la disminución del rendimiento en el trabajo. Además, es causa de estrés y de la consiguiente disminución del sistema defensivo del organismo humano. Cuando el nivel de ruido recibido es excesivo la solución puede implicar la atenuación sobre uno o más de los tres elementos involucrados: fuente, trayectoria de transmisión y receptor (Kiely, 1999). 

En los ambientes laborales, dentro de las medidas a implementar para reducir la inmisión sonora se pueden mencionar: 1) el uso de ingeniería de control pasiva tales como cerramientos, materiales absorbentes, barreras acústicas, aisladores de vibración, etc.; 2) la utilización de medidas administrativas, tal como la limitación de la exposición del personal mediante la reducción de la jornada laboral en los puestos de trabajo próximos a las fuentes de ruido; 3) en los casos en que no es viable, por razones prácticas o económicas, reducir la exposición del personal a niveles elevados de ruido que pueden causar daño al sistema auditivo, debe usarse protección auditiva personal. Se deberá utilizar esta protección en forma permanente cuando en los lugares de trabajo el nivel sonoro continuo equivalente sea igual o superior a los 85 dBA (Resolución MTESS, 295/2003).

Los protectores auditivos pueden dar una protección contra el ruido del orden de los 30dB a 40 dB dependiendo de la frecuencia, si es que son usados correctamente. Desafortunadamente, si son colocados en forma incorrecta o se les da un uso inapropiados, la atenuación esperada puede verse drásticamente afectada (Malcolm J. Crocker, 2007). 

La importancia de reducir los niveles de ruido en el oído radica en que en la actualidad la pérdida auditiva es uno de los problemas más dominantes en cuanto a la salud ocupacional a nivel mundial. Según los datos aportados por NIOSH, en Estados Unidos, aproximadamente 30 millones de trabajadores están expuestos en sus ámbitos laborales a niveles de ruido u ototóxicos que son potencialmente peligrosos para la audición (NIOSH, 1996). 

Afortunadamente, la pérdida auditiva inducida por ruido puede ser reducida, o hasta incluso eliminada, mediante la aplicación exitosa de programas de prevención. Un programa de prevención de pérdida de la audición ejecutado de forma exitosa beneficia tanto a los empleados afectados como a la empresa involucrada. 

Los empleados se encuentran a salvo de las deficiencias auditivas y la evidencia sugiere que pueden sufrir menos fatiga y su correspondiente mejora general en la salud. Y a su vez, la empresa se beneficia de la reducción de gastos médicos y costos de compensación de los trabajadores a través de su Aseguradora de Riesgos del Trabajo, propiciando en algunos casos un aumento de la eficiencia del trabajo. Sin embargo, se debe ser consciente de que la sola existencia de un programa adecuado no garantiza la prevención de pérdida ocupacional de la audición. 

La experiencia sobre el desempeño de programas de prevención exitosos muestra la necesidad de desarrollar y adherir a políticas específicas desde un comienzo. Estas políticas se deben integrar al programa de seguridad e higiene de la empresa tomando en cuenta los siete componentes básicos que integran un programa de prevención de la audición: 1) Monitoreo de la exposición al ruido; 2) Ingeniería y administración de control; 3) Evaluación; 4) Uso de protectores auditivos; 5) Educación y motivación; 6) Registro del plan de acción; 7) Programa de evaluación. 

La mayoría de la veces, el uso de protectores auditivos resulta ser imposible de evitar y, por lo tanto, es necesario poder predecir la efectividad o aptitud de un protector auditivo para impedir que llegue al oído del trabajador un nivel de presión sonora capaz de causar daño. Siendo una responsabilidad del empleador suministrar elementos de protección personal que evite todo daño resultante de las tareas que realizan sus empleados, es importante conocer los criterios técnicos que deben emplearse para seleccionar el protector adecuado a cada uno de los puestos de trabajo, dado que el ruido presenta la particularidad de ser un fenómeno físico de composición espectral variable, por lo que aun teniendo dos puestos con igual nivel de presión sonora resultante, es bastante probable que el mismo protector no tenga la misma eficacia en ambos casos, si difieren sus composiciones espectrales. 

Por lo tanto, la selección del mejor protector auditivo será aquel que el trabajador acepte usarlo correctamente con conformidad y manteniéndolo colocado todo el tiempo de exposición al ruido (Gerges, 2003). Según los criterios de seguridad e higiene laboral, el uso de protección auditiva personal debe ser la última medida de seguridad a adoptar para la conservación de la audición. La estimación de la reducción de nivel sonoro producido por uso de protección auditiva, debería efectuarse sobre la base de los datos de atenuación en bandas de octava, determinados según norma IRAM 4060-1 – Acústica- Protectores auditivo. Parte 1: Método subjetivo de medición de la atenuación sonora (ISO 4869-1:1990). Sin embargo, es evidente que muy frecuentemente en la práctica, especialmente cuando no se dispone de mediciones de ruido por bandas de octava, es aconsejable una descripción más simple, que pueda ser utilizada cuando se cuenta solamente con mediciones de sonido compensadas por curva “A” o “C”. La norma IRAM 4060-2:1999 – Acústica – Protectores auditivos. Parte 2 – Estimación de los niveles de presión sonora efectivos compensados con la red de ecualización “A” cuando se utilizan protectores auditivos (ISO 4869-2:1994) se refiere a ambas situaciones mencionadas, al describir un método de cálculo basado en bandas de octava a la vez que de dos procedimientos simplificados alternativos, denominados el método HML y el SNR, respectivamente. Los protectores auditivos deben garantizar la atenuación sonora que proporcionan. Esta atenuación, es un valor constante para cada banda de octava, pero la protección global es diferente según el espectro de frecuencias del ruido en cuestión, por lo que puede decirse que, para un mismo protector, la protección varía en cada situación. Los correspondientes datos sobre la atenuación figuran en los folletos del fabricante que adjunta al protector. Los tres métodos pueden ser utilizados, no obstante me detendré sólo en desarrollar el Método de Bandas de Octava, porque lo considero más confiable para predecir la capacidad de atenuación de un protector auditivo en una condición de ambiente ruidoso dado.

Según los criterios de la Seguridad e Higiene laboral, el uso de protección auditiva personal debe ser la última medida a adoptar para la conservación de la audición. Cuando se implementa el uso de un determinado protector auditivo, hay que determinar cuál es el nivel efectivo de ruido que el personal expuesto soporta utilizando los protectores.

El siguiente trabajo se realizó en el sector de secado spray de colorantes para cueros en una empresa química ubicada en el parque industrial de la ciudad de Zárate, Buenos Aires Argentina, donde el uso de protección auditiva es obligatorio dado que el nivel de ruido supera el máximo admisible para que las personas expuestas al mismo no sufran deterioro auditivo.

Específicamente se aplica el método de las bandas de octava, procedimiento normalizado para estimar la reducción de ruido que se conseguir, con el uso de un determinado protector auditivo

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